
¿Por dónde empiezo?
No estoy segura de si el camarero trabajaba allí, porque cuando llegamos nos sentaron, éramos cuatro y querían que estuviéramos en mesas separadas.
La música estaba muy alta, y no me refiero al ruido de un restaurante, sino al de una discoteca, jaja.
Nos sentaron y la camarera nos preguntó: "¿Qué quieren pedir de beber?". Dijimos: "¿Podemos pedir el menú?". Ella dijo: "¿También quieren comer?". Nos reímos y dijimos que sí.
Después de revisar el menú, regresó y a todo lo que pedimos no paraba de decir: "Ah, ya no tenemos eso" o "Hoy no lo servimos". Pero en el menú no decía que fuera en fechas específicas, así que me confundí.
Cuando le preguntamos qué llevaba la torta, dijo: "Bueno, todo lo que siempre se le añade a una torta". Jaja, como si lo supiéramos. Y cuando pedimos más detalles, le pidió a la cocinera que viniera. La cocinera vino a nuestra mesa y también dijo que no tenían todo lo que había en el menú.
Así que nos fuimos...
Desorganizados, no preparados para una cena de viernes a las 2 p. m., súper ruidosos. No volvería.