Estuve un sábado 14 de octubre, por la tarde, fuimos un grupo de amigas a comer. No hicimos el recorrido. Solo estuvimos en el restaurante que tiene vista al viñedo. Primero mencionar que es un gran lugar para una cita, un evento familiar y también para divertirse.
La entrada de quesos es muy nutrida en calidad y cantidad. Yo comí un arroz campo real y definitivamente fue un placer tanto la presentación, como el sabor, olor, incluso, la cantidad. El maridaje del plato estuvo rico, yo sé poco de vinos y quizá lo siguiente es atrevido de mi parte, pero me hubiera gustado más con vino blanco; pero me dedico a aprender de los que saben y callo 😸😂
Aparte pedimos botellas de vino, una tinto y otra, blanco. Muy rico, el blanco en el punto frío delicioso. Ellas pidieron postre y estuvo grande, comieron todas (6 personas). Yo pedí carajillo y me encantó la experiencia, lo agitaron en la mesa, el sabor estuvo rico, se sentía el café, dulce (estuvo bien pero prefiero no tan dulce) y alcohol, perfecto en la copa adecuada, sobre todo elegante porque podría ser en un vaso de whisky, pero en copa es más elegante y coqueto.
La atención aceptable, serios, distantes pero atentos, eso se valora mucho porque son accesibles, sin ejercer presión alguna. Quizá me hizo falta algo de sonrisa, pero yo soy de mucho pedir y eso es más personal y no relevante para esta opinión.
Karla Herrera Salazar
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24 Octubre 2023
10.0