Fuimos a comer a Shintai Plaza Américas y en dos ocasiones nos faltó algo de lo que pedimos y, esas dos ocasiones, la mesera quien nunca se identificó por nombre, después de que un familiar le preguntó por algo que faltaba, le respondió a este familiar diciendo que “no, no me dijo (que quería eso)” y, por lo tanto, este familiar tuvo que responderle en esas dos ocasiones que sí le había dicho. Después del segundo incidente, a pesar de que nunca fuimos groseros con esta mesera, ya no volvió a atendernos. Además hay que llegar temprano a comer porque, de lo contrario, tardan una hora en servirte. La mesera tiene varios aretes en la oreja, usa lentes y mide, aproximadamente, 1.60 m. Nunca supimos su nombre y, además, nunca nos había tocado alguien que nos contradijera que le habíamos pedido algo.