Muy bonito el lugar con un decorado rústico y típico. El servicio es muy bueno y la comida muy buena. El menú de desayuno no es muy variado, pero aun así es bueno.
Yo pedí la ensalada griega, mi papá los camarones africanos y mi mamá el baguette de lomo. Me dejó mucho que desear y los camarones le hicieron daño.
El servicio muy amable y rápido, pero quizá no era su mejor día en cocina