
En el segundo piso de Plaza Satélite, junto a la entrada de Sanborns, se encuentra este puesto de crepas, paninis y cafés. Las crepas son, sin duda, el platillo más sobresaliente del menú.
El lugar suele estar concurrido, con filas que toman entre 10 y 15 minutos de espera. El servicio varía según el personal: mientras que la mayoría de los empleados son muy amables, ocasionalmente hay quienes muestran poco entusiasmo por su trabajo.
Los precios pueden parecer algo elevados, pero las crepas justifican su costo por su generoso relleno. De hecho, los ingredientes son tan abundantes que pueden desbordarse al dar el primer bocado—algo que aprecio mucho, especialmente porque otros establecimientos suelen ser menos generosos con sus porciones.
En general, las crepas son buenas. Es un lugar ideal para disfrutar un postre en compañía, aunque hay que considerar el tiempo de espera tanto para ser atendido como para recibir la orden.