Ixi'im en Chocholá

El Restaurant está en lo que era el área de máquinas de la hacienda. Modernizaron los espacios y quedó un ambiente super agradable. Los platillos están muy bien presentados y preparados con especias cultivadas en la hacienda......una delicia.

Tan bueno que comimos aquí dos noches seguidas. Este lugar es la estrella del resort Chablé Yucatán, desde la comida hasta el servicio y la experiencia en general.

Un lugar fuera de serie!!!!! Mil gracias al chef y todo su extraordinario equipo!!!

El lugar es una belleza, la vista del restaurante a los jardines es preciosa y el restaurante en sí es muy bonito. La comida una delicia, presentada muy artisticamente!! Volveré!!

En primer lugar, no se trata SÓLO de la comida, que es de clase mundial, simplemente de clase mundial. Se trata de la experiencia de llegar hasta allí, la llegada a la puerta principal, ser recibido por corteses guardias del hotel Chablé. Una vez pasada la puerta, se conduce lentamente por la carretera serpenteante, flanqueada por un paisaje perfectamente cuidado, aunque muy auténtico, hasta el aparcamiento del restaurante. Allí te recibe una encantadora señora que te acompaña por el camino hasta el restaurante. En el camino, ella le informará sobre los orígenes de la Hacienda y le contará la historia de fondo de los edificios. El restaurante en sí es sencillamente impresionante y es el complemento medioambiental perfecto para la cocina. En ese sentido, diré esto: es una experiencia en la que debes sumergirte y te recomiendo encarecidamente que te dejes guiar por Jorge, el sommelier, y tal vez incluso elijas, especialmente si sois un grupo de 3 o 4 personas. Puedes compartir algunos platos, lo cual recomendaría ya que realmente necesitas probarlo todo jaja. Y si te animas, como él a acompañar un Licor con tus aperitivos en lugar de vino, el Mezcal que combinó con el mío quedó simplemente sublimeZ Podrás probar su recomendación antes de elegir. Todos los aperitivos fueron perfectos y puntuales. La comida en sí fue, y sí, va a sonar a cliché, una experiencia tanto para el alma como para las papilas gustativas. Los sabores son tan familiares y extraños al mismo tiempo. Cada bocado es el descubrimiento de un mundo nuevo y, combinado con el vino, esta podría ser mi última comida. Deja espacio para los postres y una copa de jerez muuuy añejo, es imprescindible. Bueno, ese soy yo. ¡No lo pienses, simplemente hazlo!

¡Guau! ¡Este lugar es increíble! La comida y el servicio eran 4 de 5, pero el ambiente es inmejorable (5 de 5 en comida de la región pero a nivel internacional 4 de 5). ¡Sin embargo, los terrenos son muy tranquilos! Transformó totalmente nuestro viaje. ¡Con o sin niños, este lugar lo es! No podemos esperar a repetir, y lo haremos por mucho más tiempo (¡seguro que nos quedaremos en lo más real!)

Impresionante hotel y un fantástico restaurante. A mí personalmente no me encantaba estar rodeada de cientos de botellas de tequila. La comida es absolutamente perfecta, el servicio es excelente. ¡Un poco caro pero vale la pena!

Comida deliciosa y ambiente encantador. Menos una estrella por el tamaño de las porciones principales (en particular, la Cochinita pibil, que era una porción deliciosa pero pequeña por 780 pesos) y cobrando más de 250 pesos por dos vasos pequeños de agua. Aparte de esto, ¡fue una velada encantadora!

This place is stunning. Try to arrive before the sun sets, if coming for dinner, as you get to drive through the amazing hacienda grounds. There is also a brief walking tour and intro to the restaurant and hotel, although as a restaurant guest you are not allowed to wander around the grounds, for the privacy of the hotel guests (it does cost over $1500/nt!). The restaurant itself is also very stunning. If you're a tequila lover, you'll be in heaven, as they have thousands of bottles of tequila, over the decades. Not sure if all are tequila or some mezcal, but you get the picture. The dining ambiance is great. Sitting outside, you overlook the amazing hacienda gardens. Inside, there are floor to ceiling windows, and a very romantic mood in the evening. Service is excellent, can't fault it. Food is great. Menu is limited, but every dish is unique. I highly recommend ordering the lechon (suckling pig) - truly spectacular. In fact, its probably big enough to share between two, and just order separate appetisers. The venison risotto was recommended by the waiter (chef's signature?). While it was executed perfectly and delicious, it didn't have a huge "wow" factor. Still, if you like risottos, you'll have an amazing dish. For dessert, the chocolate tamale sounds interesting, but really it is just a spin on a chocolate brownie with ice cream. Delicious and well executed, but sounded more exotic than it actually was. The only blot was the pricing of water. Charging approximately 240 pesos for a half bottle of mineral water, is just price gouging in my opinion. The drive into the hacienda is also through some bumpy roads, and a very poor village. So if you come for dinner (from outside the hotel), be prepared for a somewhat scary drive/ride back. We dined at the well-celebrated Pujol in Mexico City; if given the choice, we'd rather come back to Ixi'im again instead.

I had visited Ixiim already before and was extremely happy so I was looking forward to eating there again. And I must say it is still very good. The food is excellent. The staff are all very attentive and efficient and very friendly. The recognized me and we had a great time. The chef is really talented. I also appreciated they prepared some dishes that were not on the menu anymore but I had them in mind. And they were still excellent. Thank you for the extra efforts!