
Ubicado dentro de un resort todo incluido en México, este restaurante japonés fue uno de los momentos más memorables de nuestra luna de miel. Abierto solo para la cena, ofrecía un ambiente increíblemente romántico: iluminación suave, cálida hospitalidad y una sensación general de calma que hizo que la experiencia fuera realmente especial.
El servicio fue de primera, con un personal amable y atento que nos hizo sentir como en casa. El menú es una divertida fusión de platillos de inspiración japonesa y china, y nos sorprendió gratamente lo creativo y sabroso que era todo. El sushi, en particular, era excepcional: fresco, con una presentación impecable y absolutamente delicioso. Las diversas combinaciones funcionaron sorprendentemente bien y le dieron un toque divertido a la comida.
En resumen, fue una experiencia gastronómica alegre e íntima que superó nuestras expectativas. Perfecto para una velada romántica y un hermoso recuerdo culinario de nuestro viaje que nunca olvidaremos.