Hacienda San Andrés Hotel Gourmet con SPA en Ayapango

Hermoso lugar para desconectarse de la Ciudad y poder hacer un paseo hacia el Volcán. Deliciosos platillos aunque el menú es limitado en variedad y horarios, ya que se trata de una experiencia culinaria de altura, pero de estilo casero. Poseen una amplia selección de vinos. Te desconectas del mundo pero sigues teniendo señal para llamadas urgentes y tienen WiFi para cualquier necesidas informática. Despiertas con una espectacular vista hacia el Popocatépetl en algunas de las habitaciones. Tomas agua de pozo 100% natural. Aceptan perrhijos siempre y cuando te hagas 200% responsable de mantener el lugar limpio y no acercarlos a los animales de granja y sustento que poseen. Una experiencia rústica única, que ni siquiera quiero reseñar para no arruinarla. ¡Felicidades!

Desayuno comunitario, servicio escaso. Baños mixtos.

La hacienda es bonita y mantiene ese ambiente antiguo, los volcanes se ven desde distintos puntos del lugar, y es demasiado tranquilo, silencioso, adecuado para relajarse y descansar, sin embargo la relación calidad-precio no lo vale, la comida "gourmet" y el desayuno bastante sencillos, nada del otro mundo para el costo (arroz, quesadilla, pollo, café, huevo revuelto, frijoles, fruta, pan con mermelada). En las habitaciones te dejan agua no embotellada y fruta, pero en el baño solo te dejan 2 jabones y una crema pequeña, ni siquiera shampoo. La electricidad se va a las 11 y en lo que se enciende la planta de luz tarda un poco en volver a tener luz. En general creo que no vale la pena pagar el costo por el servicio que ofrecen, se pueden realizar actividades similares en la zona a costos más accesibles y con la misma tranquilidad. Definitivamente no cumplió con mis expectativas, para ser "de lujo" se queda corto, es bonito y ya, no hay más por destacar.

Un gran lugar para un retiro y un buen detox digital. Excelente comida. Caminar por los alrededores es un sueño.