Explorar Machu Picchu fue una experiencia enriquecedora, y la presencia de animales autóctonos añadió un toque especial a nuestro viaje. Observar las llamas pastando pacíficamente entre las ruinas creó un ambiente único. La biodiversidad del lugar, con sus aves y otros animales, contribuyó a la magia de este destino histórico y natural.