Casa Marcelo, México en Ensenada

Un lugar definitivamente con 5 estrellas Buena cocina y buena atención

Buen lugar muy buen ambiente !! Falta mejor presentación en los platillos el personal muy atento y muy rápido el servicio

La comida tiene un sazón único, pero no es delicioso. Esta bien, pero creo que no regresaría. Está a gusto el lugar, pero el servicio no es excelente.

Comida, servicio y ambiente excelentes, un lugar muy agradable para desayunar o almorzar, las entradas y los platillos son deliciosos, las bebidas muy buenas es un lugar perfecto para iniciar el día

Excelente lugar, el servicio es muy bueno!

Fui a desayunar en mi ultima visita a Ensenada. El lugar es relajante, entre arboles y buen ambiente. Pondria una maya encima de las mesas que estan fuera del techo ya que cae basura de los arboles en la comida. De cortesia pusieron en la mesa rebanadas de pan y un queso ricotta con salsa de cilantro muy rica y una salsa macha con mucho sabor. Pedi el chicharron en salsa verde y calabacitas. Estaba rico aunque la salsa verde se me hizo muy dulce. No se si para neutralizar la acidez del tomatillo le ponen azucar, pero si estaba muy dulce. Los precios se me hacen un poquito elevados, pero no mucho. La cantidad que te sirven de limonada si es una groseria, son si acaso dos traguitos, ademas del precio, un poco elevado. Aun asi, regresaria. El personal es amable aunque les falta estar mas atentos a los comensales, pues estaban platicando y cantando en un lugar y vi que varios comensales les estaban haciendo señas para que se acercaran.

Un lugar realmente lindo con delicioso queso local y delicioso desayuno. Sin embargo, revise su cheque porque agregaron entre 15 y 20 pesos en cada alimento además de los precios del menú. Sombreado.

Muy rico y agradable lugar para desayunar

Un lugar muy agradable para disfrutar de sus alimentos

Un lugar céntrico en la ciudad, un servicio adecuado y amable, aunque yo les pondría uniforme al personal, la comida buen sabor, buena presentación pero estaba fría, el desayuno fue una carne deshebrada, aunque decía machaca de Sonora, y venía como envuelta en una capa-costra de queso fresco, una presentación que no había visto ni probado. El lugar limpio, bonito y muchos árboles, pero afuera, en los arcos, estaba muy frío aunque tenían calentones de gas no estaban encendidos. Muy buen café.