Un poco caro para una fonda/comida corrida, pero las porciones son generosas y la comida estaba deliciosa. Vale la pena y aún cuesta menos de 200 pesos.
Es una burla al consumidor, porciones de broma que ni un niño de dos se comería, carísimo para lo que es y no tienen ni la educación de mandar cubiertos ni servilletas, un asco de servicio al cliente
La calidez de los dueños no tiene precio.
Jamás encontrarás la sonrisa de una abuelita en la condesa Polanco y anexas; cuando al servirte unos huevitos rancheros sencillos pero con una salsa recién hecha y un gusto auténtico por que los pruebes. Así no ganan likes, ganan tu corazón.