Uno de los mejores lugares para comer quesadillas y tlacoyos, ¡personalmente mi favorito cuando estoy en México! Vengo cada vez. Las tortillas son azules y se hacen en el momento. ¡Todo es tan sabroso! Estás en un parque nacional en las montañas, así que no esperes ninguna infraestructura sofisticada (baños y demás), pero mantienen todo muy limpio. Trae ropa abrigada, puede hacer mucho frío, un “café de olla” puede ayudar con eso ;)
Súper mal servicio, tuvimos que pedir 5 veces una cuchara, igual con las servilletas.
De la comida ni hablar, el “cafe de olla” sabía a pura agua con café quemado, mal súper mal, la barbacoa el consomé estaba lleno de espuma y sabía muy mal.
No lo recomiendo nada.
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Cuando voy sólo como en este lugar, buenos precios, rica la comida y tranquilo, buen lugar para desayunar o comer en familia ya qué se tienen mesas dentro y afuera en un jardín, frente del estacionamiento así que siempre está a la vista el auto. Lo único malo es el exceso de vendedores que te visitan mientras comes, a fuerza te quieren vender algo, lo que sea y eso molesta, en verdad, trato de entender que hacen su lucha como todos pero lo llevan a otro nivel