El servicio es muy lento en general, son enormes los tiempos para recibir atención o recibir alimentos, los sabores no son lo que se espera de un restaurante, deberían enfocarse en mejorar muchos aspectos ya que el lugar es bonito.
Nota: no lo recomiendo
El atole de pinole más rico que he tomado y sin leche, para los intolerantes a la lactosa muy buena opción.
Las porciones son muy bastas y muy buen sazón.
Adicional ahi inicia la ruta de senderismo, puedes dejar tú carro y son muy amables.
Espacio para gozar clima, sazón, hospitalidad, paisaje boscoso y encuentro de grupos sociales diversos.
La sopa de hongos es parte de los platillos para desear volver. Con frecuencia hay neblina, pero también café de olla. Choferes, turistas, lugareños y viajeros frecuentes por asuntos de trabajo no pierden la oportunidad. El lugar es limpio y este fin de año recibimos atención rápida en un servicio de 14 personas.