
Sólo he ido una vez y fue muy confuso para mí, ya que se encuentra en un espacio en donde se llevan a cabo diferentes actividades y la información que se veía desde el exterior me confundía más.
Para entrar es una puerta que da a un muro, que está situada en una fachada muy grande blanca.
De pura suerte, una chica muy amigable llegó al poco rato que yo y me preguntó si iba al café. Abrió la puerta y me fue dirigiendo por pasillos que tampoco me daban mucha información sobre el café.
Me ayudó y llevó hasta el café mismo. La atención fue buena y amigable, la bebida que pedí rica.
En ese momento fueron llegando grupos de mujeres a pasar el rato entre amigas, por lo que debe de ser un lugar muy frecuentado.
En lo personal, no me sentí cómoda en el espacio, pero es una opinión subjetiva porque sé que el lugar no es para mí, y que yo no soy el mercado meta.