
La oferta de consumo en este bar no está mal, con una selección que cumple para una salida casual. Además, el personal destaca por su amabilidad y atención, lo cual se agradece. Sin embargo, los precios nos parecieron desproporcionadamente altos para un lugar de ambiente sencillo, lo que resta un poco de atractivo a la experiencia. Pero el mayor inconveniente, sin duda, es el diseño de los baños: el hecho de que los espacios para hombres y mujeres estén prácticamente juntos, separados apenas por una delgada división de madera, resulta incómodo y, como mujer, genera una sensación de inseguridad, especialmente en un entorno de bar donde no siempre se encuentra el mejor comportamiento. Sumado a esto, la limpieza de los baños deja mucho que desear, y el lavamanos, ubicado en un área separada, no ayuda a mejorar la experiencia. Aunque tiene potencial, estos detalles hacen que sea difícil recomendar el lugar sin reservas.