
He visitado el restaurante en varias ocasiones, con la intención de darle diferentes oportunidades, pero he notado patrones que se repiten:
1. Actitud prepotente de los dueños o trabajadores: Al preguntar sobre los ingredientes de los platillos (que no están especificados en el menú), solo proporcionan información genérica y repetitiva. Lo mismo sucede al solicitar una recomendación; la respuesta suele ser arrogante, insistiendo en que "todo es perfecto" sin entrar en detalles.
2. Mala organización: En una ocasión, pedí agua para la mesa y solo trajeron la mitad de los vasos necesarios. También he notado la falta de cubiertos, servilletas en mal estado o tiempos excesivos para ser atendidos.
3. Disminución en la calidad de los alimentos: La calidad de la comida no ha sido consistente; en lugar de mejorar, ha ido disminuyendo con cada visita. Esto contrasta con la actitud del punto anterior, ya que no veo razones para sostener una postura soberbia sobre los alimentos.
El concepto del restaurante me parece interesante y creo que tiene potencial. Sin embargo, es crucial que los responsables reflexionen objetivamente sobre estas áreas de mejora y escuchen las opiniones de sus clientes.