Para comenzar la persona que nos recibió, no nos atacó con distintos platillos como suele pasar en muchos otros lugares, nos dió espacio y permitió que hecharamos un vistazo a su menú, limitándose solamente a resolver dudas y hacer una que otra recomendación. Decididos a comer algo de lo que preparaba nos ubicamos en una mesa que daba el aspecto de fresca, algo rico para comer pues tenía plantas y adornos que hacen sentirse bien, me decidí a tomar una cerveza y ordenar una tlayuda y mi esposa tomo un agua de arrallan y enmoladas de pollo y flor de Jamaica, ambos platillos deliciosos y el agua fresca sin tanta azucar, la cerveza fría aún con escarcha en la botella y el tarro, no pudimos quedarnos más tiempo y eso fue lamentable pues se presentaría un cantante de trova pero por compromisos tuvimos que retirarnos. En general muy buen servicio, y los precios bastante accesibles.