El lugar puede pasar desapercibido por fuera porque no es fácilmente localizable en Google maps, pero una vez ubicando el establecimiento es fácil llegar al mismo.
El recibimiento es grato y muy amable por parte del mesero, quien te da la carta y te da algunas sugerencias.
El menú es pequeño, pero suficiente para un lugar que vende alitas. Siento que es muy casero porque todo lo preparan al momento, nada tenía sabor a congelado o guardado, como suele pasar en grandes cadenas como Wings Stop, por ejemplo.
Yo pedí boneless de 20 piezas, los cuales por el precio de 150 pesos se me hicieron excelentes en cuanto al precio, pues venían acompañados de papas a la francesa. No venden bebidas alcohólicas pero tienen opciones diferentes de refrescos y aguas
El lugar es muy limpio, cada que una mesa se desocupaba inmediatamente se limpiaba y barría por dónde el cliente había estado. De igual manera cabe resaltar que se tiene aire acondicionado en el establecimiento
En general es un buen lugar, ameno y pacífico para disfrutar tu comida.