Normalmente, y hace mucho tiempo no tenía una experiencia como el día de hoy.
Me resumiré a sugerir unas mínimas recomendaciones, aclarando que no soy exigente ni pesado al referirme a los lugares que visito, ya que humildemente he degustado afortunadamente desde los tradicionales tacos del metro Tacubaya (muy deliciosos cuando los comí, mejor aún sin daños colaterales jajaja) hasta en un gran restaurante comiendo carpaccio de salmón.
Hoy meramente, el lugar no me transmitió el alma y corazón que se necesita tener para guiar un negocio y más si de servicio y alimentación nos referimos. La carta es buena en el sentido de evitarse complicaciones y competencia entre sí o confusiones para el comensal. Sólo que para mí gran sorpresa no tenían un ingrediente importante y presente en sus opciones: No tenían pollo, y aún con mi cara de sorpresa y frustración tal vez, a la chica que atendía parecía no importarle porque su mejor reacción hubiera sido ofrecer alguna opinión o que mejor una recomendación, pedimos un rol de canela y lo mismo, en automático volteo al refrigerador y ví con claridad la situación.
Tardó en regresar a tomar la orden que posiblemente solicitáramos, como si no le importara el cliente, no nos acercó servilletas, para el café no hubo ofrecimiento de lo que fuese para endulzarlo, mucho menos una vuelta de "todo bien, les puedo ofrecer algo más", total fuimos 0 a la izquierda.
Parece más una bodega que una cafetería, vacío y con sensación de empolvado el mobiliario.
Habrá que destinar una área pequeña para fumadores, porque había alguien en la mesa de al lado fumando y nada grato por supuesto ni para nuestra mesa ni a la mesa de al lado.
Para el pago, ni qué decir, como si pidiera limosna hasta que quiso la chica venir a dar la cuenta y para el cobro.
En fin, querid@ dueñ@, hay mucho por hacer, trabajar, capacitar, supervisar, etc.
Mis mejores deseos con su proyecto....