
Fui con oon otras personas a este bar/karaoke y la experiencia no fue del todo buena.
Casi una hora antes de cerrar pedimos una cubeta de 6 cervezas, la pagamos junto con todo lo consumido previamente y dejamos propina. A los pocos minutos después de que pagamos, la mesera regresó a retirar la cubeta con 4 o 5 cervezas ya pagadas, diciendo que la habían regañado. Otro empleado incluso nos apuró a terminar lo que teníamos en la mesa “como si fuera shot” porque ya iban a cerrar.
Entiendo que los lugares deben recoger antes del cierre, pero lo justo es respetar lo que el cliente ya pagó. Que se lleven producto ya cobrado deja muy mala impresión y es un detalle que deberían corregir.
Además, el lugar solo tiene baños en la planta alta, lo cual no es práctico ni accesible para todos los clientes y pudiera estar incumpliendo con la normativa sanitaria.
Una lástima, porque el ambiente podría ser agradable, pero con este tipo de prácticas no dan ganas de regresar.