Anteriormente nuestra visita no fue tan mala, por eso regresamos, aparte por la cercanía, pero ésta vez todo estuvo pésimo, jamás regresarémos. No te atienden luego, mesa sucia, cartas sucias, sin papel en el sanitario, tardaron media hora para llevarnos una jarrita de agua, unos totopos todos quebrados, otros 20 minutos en llevarnos algunos platillos, entre ellos un filete todavía crudo, la ensalada con cabello, el caldo de camarón sabia raro, se regresaron inmediatamente los platillos malos. Seguimos esperando a que nos llevaran los otros platillos que faltaban, nunca llegaron, veinte mil Doritos después fui y les toqué en la cocina y sorpresa había 2 chicas solamente cocinando una de ellas como de 12 o máximo 14 años y la joven que nos recibió, les dije que ya no queríamos nada más, los niños se morían de hambre, además ya nos habíamos molestado con tanta espera. Se pagó el agua, un cóctel y el caldo de camarón, que por cierto les hicieron mal a mi familia, por suerte nunca me llevaron mi comida por eso no me enfermé. Éramos los únicos clientes en ese momento, no sé quién es el propietario pero qué mal que deje en manos de estas niñas su negocio. Lastima.