
Sin mayor pretensión que presentar a los comensales un variado y original menú, El Navegante me permitió degustar el día de hoy en compañía de jóvenes preparatorianos, las delicias que la casa oferta a sus clientes. Debo decir que fuimos afortunados al ser atendidos personalmente por el dueño del lugar, don David Peraza, quien orgulloso de su propuesta culinaria, ofertó un desfile de platillos representando la máxima del buen gusto sinaloense. Callos de hacha, camarón de mar para pelar, unos extraordinarios y exquisitos tacos dorados sin precedentes en mi paladar, el pulpo al ajillo, el consomé de camarón, lo que pidas será sin duda, una continua experiencia de sabores que caracterizan la cocina de este singular lugar. Ausente de lujos en la infraestructura otrora restaurantes de afamadas cadenas de costosos lugares, promete llegar a ser un icónico representante de la cocina de mar sinaloense y myás específicamente, culiche. Dense una vuelta y permitan dejarse recomendar por sus anfitriones, que sin duda, los harán regresar incontables veces.
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Ni el dichoso toque de queda, impidieron que volviese a visitar este singular restaurante de mariscos de la hermana República de Culiacán, Sinaloa.
En esta ocasión degustamos un impresionante y exquisito pescado frito. Les aseguro que si hubiese caído una gota de limón sobre este manjar hubiera sido un insulto. El sazón previo a la fritura logró una piel crocante y una carne tierna y jugosa del pescado. Nada como los frutos del mar del Pacífico y más cuando se trata de la pesca del día.
Los tacos dorados de papa coronados de ceviche de camarón, son otra de Las especialidades que en esta ocasión fueron recomendadas por Marielos quien junto a su esposo David nos trataron y nos colmaron de exquisiteces todo el tiempo que estuvimos ahí.
Debo hacer mención que el dorado de la tortilla del Taco frito me recordó bastante el hojaldre europeo pero ya transformado en tortilla de maíz. Personalmente les comento que ya han creado una adicción a mi paladar.
Los camarones para pelar tampoco necesitaron aliño alguno, pues el sabor del mar estuvo presente en cada bocado.
Regresaré una vez más cuando esté de nuevo en la madre tierra que me vio nacer y los mantendré al tanto de la calidad de los alimentos que ha ido en ascenso. Nuevamente felicidades.