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Visitamos el lugar cuatro personas para comer y en general tuvimos una experiencia mixta. Tres de nosotros pedimos cóctel de mariscos y uno optó por una mojarra frita. La comida estaba bien preparada, con una presentación adecuada y porciones razonables. Aunque el sazón no fue extraordinario, era aceptable, logrando un balance de sabores que cumplía con lo básico.
La mojarra frita fue un caso particular. Antes de freírla, la bañan en una salsa que, en teoría, debería mejorar el sabor, pero en ciertas partes resultó demasiado salada o con un sabor peculiar que no terminó de agradar. A pesar de este detalle, el platillo fue disfrutado en su mayor parte.
Por otro lado, el caldo de camarón fue una grata sorpresa. Estaba delicioso, con un buen nivel de sazón y un equilibrio perfecto entre el picante y los sabores del mar. Las tostadas que sirvieron como parte del centro de mesa también fueron un acierto, crujientes y sabrosas, complementando perfectamente los platillos principales.
El lugar es pequeño, algo que podría considerarse acogedor si no fuera por un problema importante: la música a un volumen excesivamente alto. Esto dificultaba mucho mantener una conversación cómoda y relajada, lo cual afectó la atmósfera general. Un ajuste en este aspecto mejoraría significativamente la experiencia, ya que el ruido desentonaba con el ambiente que el lugar parecía intentar ofrecer.
Por otro lado, el servicio fue un punto positivo. Los meseros fueron muy amables, atentos y rápidos al atendernos, asegurándose de que tuviéramos todo lo necesario en la mesa. Su actitud y eficiencia realmente compensaron algunos de los aspectos menos agradables de la experiencia.
El lugar tiene aspectos positivos, como la amabilidad del personal y algunos platillos destacados, como el caldo de camarón y las tostadas. Sin embargo, el sazón general podría mejorar, y la experiencia se vio afectada por el volumen de la música, que hizo que el ambiente no fuera tan acogedor como podría haber sido. Si deciden visitar, tengan en cuenta estos detalles para ajustar sus expectativas.
El tiempo de espera para la comida fue excelente, a pesar de que podrían escudarse en que la mojarra frita tarda en salir, pero no fue así.