Tenía muchos años de no venir aquí puesto que me cambié de ciudad, la comida deliciosa como la recuerdo desde la última vez que vine. El problema fue que mi novio no consume lácteos y pidió el Burrito sin queso… la mesera vino la primera vez a preguntar de nuevo que sin queso, respondimos que SI… me traen mi comida y tardaron un poco más en traer el Burrito pero antes mandaron a otro mesero a preguntar lo mismo que si el burrito sin queso a la cual volvimos a responder que SI, ya nos sentimos incómodos… total llega la mesera primera y nos dice que se tuvo que “pelear” con las cocineras que porque el burrito lleva SI O SI QUESO… que mal que sean así… el cliente puede ser intolerante a algunos elementos del platillo y ponerle o no queso es irrelevante…. Al final nos corrio prácticamente ya que nos preguntó que si nos traía ya la cuenta… considero que fue más cuestión de las de cocina que de los meseros ya que ellos fueron super amables… pero definitivamente NO VOLVERÉ