Solía ser mi restaurante favorito hasta ahora, pero la última vez que fui, fui con un grupo de 20 personas con el afán de llevarles clientes, pero no tienen la capacidad para atender 20 personas al mismo tiempo. Nos sugirieron que pidiéramos cosas para compartir (obviamente cada quien quería algo diferente), y el mesero que nos atendió, en lugar de mostrarse contento porque llegaron muchos clientes hasta se le veía decepcionado. El último platillo tardó más de una hora y cuarto en llegar, y mi sándwich que solía ser con un pan exquisito me lo dieron con pan Bimbo. Es triste que descuiden las cosas, ya me quedó una mala experiencia.
Fue el 20 de julio a las 8:30 aprox, el restaurante estaba completamente vacío, y yo hasta pensé que me iba a lucir con ustedes por llenarlo, porque he sido cliente bastante frecuente.
Ojalá los dueños, o los responsables, pues estén más pendientes porque recuerdo que al inicio era fabuloso todo, hay que estar pendiente del changarro, porque si no la calidad baja solita.