
Todo muy rico, pero la actitud de la dueña deja mucho que desear, que creo que es la dueña, porque es la única que nunca atiende las mesas, es grosera, si hay solo uno de la mesa que no consume, casi casi te corre, aunque la mayoría se haya pedido algo, con una actitud que no hay necesidad, más si éramos clientes frecuentes, SOLO por la actitud grosera de la dueña ya ni ganas dan de consumir en el establecimiento, la última vez que fuimos nos estaba casi corriendo por pedir para LLEVAR y solo nos sentamos a esperar el pedido de nuestros amigos, diciendo que le íbamos a quitar el lugar a alguien que iba a consumir, cuando el lugar estaba VACÍO, aparte de que dos horas antes también ya le habíamos comprado, y no es la primera vez que pasa, también otros compañeros nos han comentado que así se comporta siempre, como si nos estuviera haciendo el favor a nosotros los estudiantes (que somos como un 80% que compramos ahi) de vendernos, la atención de las meseras 100/10, súper amables.