
Los precios están bien, sin embargo no me pareció espectacular. Mi omelette de salmón literalmente era mucho huevo y una lámina super delgada de salmón ahumado que apenas abarcaba la mitad del platillo. El huevo por sí mismo no tenía gran sabor. Los espárragos no estaban crocantes.
El pan está ok, el de cajeta que te dan por cortesía sabía rico pero, en mi opinión, tenía demasiada mantequilla. Por otro lado, pedí el croissant de almendra y coco justamente porque leí que estaba recomendado, y aunque no era malo, no me supo a coco y tan pronto se comenzó a enfriar, se empezó a endurecer.
El café es uno genérico de goteo, aunque funciona por el refill.
Eso si, todos eran muy amables y atentos, pero me sacaba de onda que 4 personas diferentes preguntaban si estaba todo bien, uno tras otro, y después no te pelaban. Vamos, se sentía desorganizado a pesar de la intención de dar un buen servicio.
Si vives allá o estás por la zona, es una opción aceptable para desayunar