Decidimos regresar a este lugar ya que mi mamá tenía que hacer un trámite en la clínica. La primera vez la comida fue buena aunque el servicio dejo mucho que desear. En esta ocasión el lugar, lleno, aún así nos sentamos en la barra que era el único lugar libre. Y el chamaquito que atiende con escasa noción de atención al cliente o manejo de situaciones bajo presión se acercó, yo pensando que me ofrecería la carta o dar la bienvenida pero no, me dijo "Caballero, lo molesto si se mueve porque me tapa la entrada" desde que entré trate de sentarme de manera que no tapara pues era el único lugar disponible. Si tapa la entrada no pongan sillas ahí, un anuncio 'No se siente aquí" o que la barra es de adorno, no para que la gente realmente se siente. No había para donde moverse pues repito, estaba lleno.Decidimos mejor irnos. El lugar vacío o lleno tiene muy mal servicio. Tardan una eternidad en servir. Y se ponen neuras si se les llena el pequeño lugar. Y para colmo ponen a un chavito sin nocion de atención al cliente a meserear. La comida no lo vale. La foto es de la primera vez que fuimos y no había nadie y aún así se tardaron en servirnos. El chavito fiel a su estilo, mala atención.