
Esta reseña trata principalmente sobre el servicio.
Llegué y pedí ocho piezas de pollo frito fresco, y enseguida fueron a la vitrina a sacar el pollo viejo. Así que tuve que corregirlos y decirles que no, que lo quería frito fresco.
Así que pago $150 pesos por 8 piezas. Al sentarme, me doy cuenta de que tienen en la pared y en la fachada de la tienda una oferta de 10 piezas por $180 o de 8 piezas por $100, pagadas en efectivo para llevar, que es justo lo que había pedido al principio.
No mencionaron nada de estas ofertas, así que tuve que corregir mi pedido para obtenerla.
Luego vi que el plato especial incluía dos guarniciones: espaguetis y/o puré de papas. Y, como no lo mencionaron, tuve que pedirlos también.
El pollo está muy bueno. Así que no tengo ninguna queja de la comida.
Era el único cliente y lo único que querían era quedarse de brazos cruzados.
Es muy triste. Si no quieres trabajar, quédate en casa, por favor.
Le estás haciendo un flaco favor a tu empleador, a ti mismo y a la comunidad.
Te lo digo como propietario de un restaurante.
Este tipo de pereza que puede afectar el resultado general del negocio de alguien en el que ha invertido mucho tiempo, dinero y ahorros, sé que a muchos de estos empleados no les importa porque no han invertido nada, pero a los que sí lo han invertido es algo que puede afectarlos gravemente.
Mi esperanza es que el propietario lea esto y tome algunas medidas.
También noté que había otra revisión de hace un año que hablaba sobre los problemas que tenían con los pedidos en línea y que siempre se quedaban sin productos y que el servicio era de mala calidad.
Parece que tal vez no ha cambiado mucho en más de un año, lo cual es triste decirlo.