
Durante 3 años viví justo enfrente de Chak Buut's, pero por alguna razón, nunca se me había ocurrido probarlo, hasta hoy. La verdad es que es fácil pasarlo por alto. Desde fuera, es modesto y modesto: un simple letrero de vinilo y algunas fotos del menú. Entras y encuentras solo tres mesas pequeñas, lo que da la sensación de estar cenando en el patio trasero de alguien.
Pero vaya, ¡qué equivocado estaba al juzgar este lugar por su exterior! En cuanto di el primer bocado, fue como tener un momento Anthony Bourdain. O quizás más como esa escena de Ratatouille cuando las papilas gustativas del ratón explotan de alegría. Una mezcla de ambos, por así decirlo.
Pedí los panuchos de borrego con un refrescante vaso de jugo de jamaica y, debo decir, fue una revelación. El dueño, José, me contó que su cordero se cocina allí mismo durante 16 horas en un pozo subterráneo, envuelto en hojas de plátano. ¿El resultado? Perfección ahumada, tierna y jugosa; sin demasiado sabor a caza, simplemente con un equilibrio perfecto. Era la primera vez que probaba este platillo en particular, y estaba divino.
José, quien fue increíblemente amable y apasionado por compartir su cultura, explicó que su cocina está inspirada en la región de Yucatán. Su esposa estaba trabajando arduamente en la trastienda, preparando todo con esmero. Incluso me ofreció probar su café de olla, sin duda el mejor que he probado, con sabores ricos y especiados que perduraban maravillosamente.
Luego llegó el postre: pastel cremoso de elote. Este pastel de maíz dulce, cubierto con mermelada casera de arándanos, fresas y frambuesas, fue pura magia. Cada bocado fue indulgente y reconfortante, el broche de oro perfecto para una comida increíble.
Por si la comida no fuera suficiente, tuve el placer de sentarme junto a la artista que creó el impresionante mural que cuelga en la pared. Me explicó cómo hacía las pinturas ella misma con rocas y minerales de Ensenada, añadiendo otra capa de arte a una experiencia ya de por sí especial.
Chak no es solo un restaurante: es una joya escondida donde la comida, la cultura y el arte se fusionan. No puedo creer que haya esperado tanto para visitarlo, pero me alegro mucho de haberlo hecho.