
Fuimos a cenar en familia, ya se sabía que los precios están muy inflados pero era ir a conocer. De entrada los meseros te dan una atención muy distinta si no pides botella, y no es porque no tuviéramos, simplemente queríamos ir a disfrutar, cenar en familia y festejar mi cumpleaños.
No se puede platicar ya que la música está a un nivel exagerado, mi hermana pidió algún detalle por ser mi cumpleaños recién que llegamos y dijeron que si (yo me enteré después de esto) pedimos la cuenta y simple y sencillamente no lo llevaron, se justificaron que si gustábamos ordenar algo más, a pesar que el consumo promedio por persona fue de $1000 pesos, todo a pesar que se dedican a hacer «show» para servir varias cosas o en términos cristianos: les encanta pegarle a la mmda. Los meseros amables pero se veía muy diferente el trato con respecto a otras mesas.
Conclusión: si te gusta ser pretencioso, wannabe y pagar de más por algo que no lo vale. Este es tu lugar.