Como cliente frecuente de los tres establecimientos de su cadena, he sido testigo de la calidad en el servicio y la comida que caracteriza a sus restaurantes. Sin embargo, me veo en la necesidad de expresar mi decepción en relación con mi experiencia reciente en Jauja Serapio. En esta ocasión, he notado una notable disminución en la calidad del servicio, particularmente por parte de los meseros. Por ejemplo, hoy presencié cómo una de las camareras lanzó la canasta de pan sobre mi mesa, hubo falta de café, y el mesero parecía encontrarse constantemente de mal humor, atendiendo a los clientes como si les estuviera haciendo un favor. Entiendo que los errores son inevitables en cualquier negocio, pero considero que es crucial mantener los estándares de calidad en el servicio, sobre todo teniendo en cuenta que los clientes como yo estamos pagando por un producto y un servicio satisfactorio. Es incoherente esperar pagar por un servicio deficiente y, además, sentir la necesidad de dejar una propina por un trato poco amable. Aprecio la atención que brindan a mis comentarios y espero que esta situación pueda ser abordada para mantener la reputación de excelencia que Jauja ha cultivado a lo largo del tiempo.