
La experiencia en este establecimiento nos quedó a deber mucho. Llegamos 8 personas a este negocio por recomendación de un conocido que es amigo del dueño, quien anteriormente ha tenido muy buenas experiencias y nos habló muy bien de este lugar.
Al llegar la atención no es la esperada en un negocio de comida. Tuvimos que levantarnos desde donde nos habíamos acomodado para traer la carta que nos estaba señalando a lo lejos una persona muy prepotente. Al momento de ordenar, la misma persona fue bastante grosera con algunos que tenían algunas dudas sobre la preparación de las hamburguesas y las posibilidades de combinación o ingredientes extras a lo que dicha persona respondió “si lees, ahí está escrito”, sin dar respuesta a las dudas. A varios de nosotros optamos por pedir algo rápido para no tener que lidiar con el mal carácter de la persona que recibía el pedido. Todos los que estábamos en la mesa nos sentimos muy incómodos y no tan satisfechos con la comida, tal vez no fue la comida y el sazón, sino por mala energía de parte de los trabajadores y la impresión de escuchar los comentarios que hacia. Al finalizar nuestra comida vuelve a decir en voz alta y con molestia “por favor, tiren la basura en el bote”. Este mal carácter no paro ni en el momento de recibir el pago de lo que consumimos, ya que con una cara larga nos recibía el dinero y nos devolvía el cambio.
Nos fuimos de este lugar con un mal sabor de boca y sin ganas de regresar. Esperamos que se pueda hacer algo con estos detalles que, si bien no afectan en los ingredientes de la comida, hace que no se disfrute la comida y sea incómoda la estancia durante la degustación.